Desde el inicio de los deportes, estos han estado asociados a las apuestas de una u otra manera. Las apuestas son un bien complementario que estimula el crecimiento y la demanda del bien principal, razón por la cual esta sinergia resulta indispensable para el funcionamiento del mercado y, siempre que se gestionen correctamente los riesgos, también beneficia al apostador.
Además, las apuestas deportivas han tenido un auge enorme durante la última década, debido al desarrollo de las plataformas de casino y apuestas online. En sitios web como www.slotjava.es es posible obtener información relacionada con los diferentes casinos y casas de apuestas disponibles, así como su oferta de mercados.
Impacto de las apuestas en la economía global
Es difícil establecer datos exactos, pero las apuestas deportivas mueven miles de millones de dólares en la economía mundial. Solo en España, las apuestas deportivas representan el 40% de los 51.600 millones de euros que se jugaron en internet a lo largo del año 2020, mientras que en América latina las cifras también son multimillonarias, ascendiendo a 7.000 millones de dólares.
Todo lo anterior se ha debido principalmente al crecimiento en la calidad de las plataformas de apuestas online y el nivel de penetración de internet móvil, que ha permitido que casi cualquier persona que así lo desee, pueda realizar apuestas desde su celular y aprovechar las diferentes competiciones deportivas disponibles.
Uno de los grandes desafíos de las apuestas deportivas en América latina, es la carencia de entidades reguladoras o la falta de leyes claras para el funcionamiento de plataformas online. En cuanto esta regulación se encuentre disponible en todos los países, los inversionistas podrás obtener las licencias correspondientes y expandirse en este mercado en auge.
Deportes y apuestas deportivas, una sinergia indispensable
La industria del juego siempre ha estado vinculada al mundo de los deportes. Las apuestas deportivas son la modalidad de juego de azar más antigua de la cual se tiene referencia histórica, siendo conocida desde hace más de 2000 años gracias a la civilización griega, responsable de comenzar a apostar en sus disciplinas deportivas favoritas.
Un poco más tarde, los romanos convirtieron a las apuestas en una de sus costumbres más habituales, haciendo que la práctica evolucionara a un modelo de negocios que giraba en torno a los circos romanos, utilizando a los gladiadores como protagonistas. Con el paso de los siglos la actividad ha evolucionado, manteniendo su esencia hasta llegar a las apuestas deportivas actuales.
Gracias a la irrupción de internet, el crecimiento exponencial del sector y la facilidad en la cual todos podemos participar ha hecho que la actividad impulse cada vez más el crecimiento de la industria deportiva, incluso permitiendo que nuevas disciplinas como los eSports cobren protagonismo.
Esta sinergia beneficia tanto a las marcas de indumentaria e insumos deportivos, a los medios de comunicación, a las asociaciones deportivas y en general a todos los componentes de la industria del deporte. Del mismo modo, las apuestas deportivas reguladas se convierten en una fuente de ingresos para el Estado, pues implican el pago de impuestos sobre beneficios de miles de millones de dólares.
Las apuestas son una fuerza comercial enorme que incentiva el consumo de los eventos deportivos de forma indirecta, incluso por parte de apostadores y corredores de apuestas que no son realmente fanáticos deportivos, sino inversionistas que han aprendido a gestionar el riesgo de la actividad.
A pesar de la innovación en las apuestas debido a la digitalización de los casinos, existen algunos aspectos negativos que suelen ser alertados por expertos. Lo primero sería que debido a la influencia de las apuestas en el deporte, se socave la confianza entre patrocinadores, deportistas y consumidores del deporte.